No hay que olvidar que el origen de la crisis fue financiero. Los fenómenos más importantes fueron el de las hipotecas basura y las permutas de impago de créditos (Credit default swaps). Vamos a estudiar hoy el primero. Consistió, de forma simplificada, en lo siguiente:
Como la inflación (el incremento de los precios) no era muy alta, la Reserva Federal americana (el equivalente al Banco Central Europeo) bajó los tipos de interés con el fin de activar la economía, en la forma que vimos al tratar la forma en que se abordó la crisis.
Y uno de los bienes en los que más se pasó a consumir (diríamos invertir por ser un bien duradero) fue la vivienda: creció el número de pisos demandados y como al menos a corto plazo no se pueden fabricar más rápidamente, la mayor demanda se tradujo en un mayor precio de aquéllos. Como el aumento de los precios parecía continuo, los bancos, que tradicionalmente prestaban a los compradores de viviendas solamente un porcentaje de su precio de adquisición pasaron a prestar a sus compradores prácticamente todo su valor.
Una entidad de titulización hipotecaria es una empresa que compra a los bancos los derechos de cobro de todos los préstamos hipotecarios que éstos han concedido y, como dichos cobros son previsibles en su cuantía y sus momentos (todos sabemos qué día tenemos que devolver a un banco un préstamo y cuánto le vamos a tener que pagar), los convierte en instrumentos financieros de renta fija (empréstitos, obligaciones) que vende en el mercado. Es un proceso complejo que trataremos próximamente.
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